Escandalosos audios de Garavano y al viceintendente Guillermo Galván los involucran por coimas
El viceintendente de la capital y exfuncionario de la Justicia macrista, Guillermo Galvan, desespera por contener las consecuencias de un escándalo internacional, el cual salió a la luz a raíz de las declaraciones de un empresario, quien asegura que el dirigente radical forma parte de una red de corrupción y aprietes que integró con el ex ministro de Justicia macrista Germán Garavano.
Carlos Ahumada Kurtz es un empresario argentino-mexicano que acusó al PRD en México por exigir coimas para desarrollar su actividad. Cansado de sufrir las presiones de funcionarios, los filmó y denunció ante la justicia. Como consecuencia de ello, tuvo que soportar tres años de cárcel por causas armadas en su contra de las que salió sobreseído en México.
La funcionaria del PRD, Rosario Robles -denunciada por Ahumada- está presa por corrupción y fue patrocinada por el abogado argentino, Germán Garavano, quien violando la ley de ética pública, ejerció la profesión mientras era Jefe de Fiscales de la ciudad de Buenos Aires.
A su regreso a la Argentina, intentando cobrar una deuda al PRD a través de un pagaré, entra en escena el Guillermo Galván, el mismo que siendo funcionario se encargó de defender los intereses del partido político mexicano, pero mucho más allá de los foros, ya que Ahumada denuncia haber recibido aprietes de agentes de inteligencia mexicanos que ingresaron al país en forma ilegal y portando importantes sumas de dinero, merced a la impunidad que Garavano les garantizaba como ministro de justicia del gobierno macrista.
Las pruebas presentadas por Ahumada ante la justicia fueron desestimadas por el fiscal Picardi (entonces empleado de Garavano) e involucran a Galván en audios escandalosos. Se puede comprobar en uno de ellos cuando pregunta a su hermano Gustavo si “ya llovió”, en relación al cobro de honorarios por parte del PRD y también en momentos donde le asegura a Garavano que se quede tranquilo porque el problema del intento de cobro de Ahumada está neutralizado. Incluso, Ahumada lo denuncia de haber intentado traicionar a sus representados y ofrecerle un arreglo a cambio de dinero.
Invitado a defenderse en una radio local, el verborrágico dirigente tropieza frente a la evidencia, negando que el autor del audio difundido sea él. Mientras en otro audio admite que cuando la causa recala en La Rioja, el mismo ex presidente recomienda que se dirijan a su estudio a raíz del vínculo que este tiene con el abogado radical.
En el mismo reportaje, Galván emplea una técnica conocida por los dirigentes de Juntos por el Cambio: No importa la cantidad o calidad de las evidencias que te vinculen con el hecho; hay que negarlo. Los audios revelan no solo el profundo conocimiento de Galván de los aprietes y las injusticias sufridas por Ahumada, sino también su participación.
El grado de confianza que Galván alcanzó en el Ministerio de Justicia durante la gestión de Garavano es indudable: “Nosotros somos la tercera línea”, admite y asegura que existía una “línea de mando” en la que tras una funcionaria de extrema confianza del ministro “venimos nosotros”, se ufanaba en uno de los audios que están en el expediente.