Gastronomía

Boticario: el bar porteño inspirado en una leyenda que transforma los clásicos de la coctelería

Inspirado en la leyenda de un boticario viajero, un bar porteño transforma clásicos de la coctelería con insumos de estación y técnicas innovadoras, además de crear cervezas propias.

Boticario abrió sus puertas en 2017, en lo que fue una antigua botica de los años 30. El espacio fue reestructurado, preservando parte de su arquitectura original, y desde entonces funciona como un bar de investigación: un lugar donde siempre se puede descubrir, probar y aprender algo nuevo.

La propuesta está inspirada en la historia de Salvador Cortez, un boticario argentino que fue dueño del local cuando aún funcionaba como farmacia, alrededor de 1930. Cortez era un apasionado de la botánica y un incansable explorador que viajaba constantemente en busca de nuevas hierbas e insumos medicinales, y al regresar se encerraba en su taller a crear tónicos, elixires y remedios para todo tipo de dolencias. Un día, se embarcó en una expedición de la que nunca volvió. Algunos aseguran que murió envenenado en la selva peruana; otros dicen que perdió la razón. Nunca se supo con certeza qué ocurrió, pero su espíritu sigue vivo en cada rincón del bar.

La barra está actualmente a cargo de Florentina Blanco, bartender con más de diez años de experiencia en el rubro. Su paso por distintos puestos, entre los que se incluyen estar a cargo de la producción de un bar de alto volumen, le dio las herramientas para perfeccionar técnicas y procesos de estandarización sin perder creatividad. En Boticario, el trabajo es siempre en equipo: se realizan mesas de desarrollo colaborativas, en las que todos los bartenders participan activamente en la creación de cada cóctel.

Cada carta se plantea como una cápsula de investigación. Se elige un eje temático y, a partir de ahí, se seleccionan diez estructuras de cócteles clásicos que se reinterpretan utilizando insumos de estación y diversas técnicas como fermentaciones, macerados, infusiones, clarificados, fat wash y más. La nueva carta presentada en abril se enfoca en hierbas medicinales autóctonas, con el ultrasonido como herramienta principal para lograr extracciones botánicas diferentes.

La producción artesanal es clave en el desarrollo de cada carta. Uno de los bartenders dedica sus jornadas diurnas exclusivamente a preparar insumos, y el bar cuenta con un área especial destinada a esta tarea. Se producen fermentos, licores, shrubs, infusiones y más, utilizando herramientas específicas para lograr sabores únicos. Además, se trabaja con pre-batches para mejorar el ritmo del servicio y asegurar consistencia en cada cóctel.

Entre las producciones propias de Boticario se destaca Salvador Gin, un gin tipo Old Tom elaborado junto a la destilería Merle en Florencio Varela. Se hace en partidas pequeñas y de manera artesanal, con una receta que incluye diez botánicos medicinales nacionales: enebro, coriandro, manzanilla, burrito, cardamomo, caléndula, eneldo, carqueja, hinojo e incayuyo.

También producen ELIXIR, su propia cerveza experimental creada junto con la cervecería Lumpen. En cada edición se elige un estilo base, dos insumos de estación y un artista invitado para diseñar la etiqueta. Este mes lanzan ELIXIR IV, una dubbel con 100 kilos de cerezas frescas y tintura de hoja de higuera, con etiqueta ilustrada por @rawramirez. Cada partida es única e irrepetible, y el equipo de barra participa activamente en su concepción.

El público que visita Boticario es diverso y curioso. Hay quienes llegan atraídos por la coctelería de autor y quienes se sienten fascinados por la temática. El lugar es colmado tanto por estudiantes de medicina y farmacéuticos como por parejas en citas o grupos en celebraciones, y por muchos turistas que descubren el lugar en listas de bares recomendados. La franja etaria ronda entre los 25 y los 40 años.

Los Ciclos del Boticario

Además de las innovadoras propuestas que se pueden degustar cada noche, Boticario ofrece experiencias especiales los días miércoles, jueves y domingos. 

Para esta primera mitad del año, los miércoles en Boticario son “Del Central a la barra.” Se propone un cóctel fuera de carta con insumos del Mercado Central menos habituales o que se encuentran en temporadas cortas. Algunos miércoles tienen como invitado especial a colegas que proponen el cóctel de la noche.

Por su parte, el especial de la noche del jueve es “Salsa y Bees Knees.” Este cóctel a base del gin de elaboración propia, limón y miel, se ve acompañado por Djs invitados pasando salsa. 

Finalmente, los domingos, el Old Fashioned sale a precio especial toda la noche, además de contar con colegas invitados a proponer Old fashioned poco convencionales. “La idea es que se tome el clásico o se experimenten nuevos sabores con la misma estructura del cóctel clásico”, sostienen desde Boticario acerca de esta propuesta.

El diferencial de Boticario está en su propuesta de barra cambiante, independiente y experimental. Cada visita ofrece algo distinto, siempre con insumos de estación y una atención a la altura. No hay fórmulas fijas ni recetas cerradas: hay exploración, investigación y mucho sabor.